Ciertamente... Conocerás Tomado de un mensaje de Paul Ravenhill el 14 de julio de 1985 | ||
"Conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí. ¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. Y a los que te despojaron haré comer su propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob." Hemos estado hablando en las últimas reuniones sobre el Reino de Dios... de la obra de Dios... de nuestra posesión de esta obra. Quiero seguir un poco con el mismo tema. Esta vez mirando aquello que iba a venir a través de la profecía de Isaías, que es la que muchas veces explica con más detalle los hechos del Nuevo Testamento.
Al principio de este pasaje Dios está hablando de CONOCER: "Conocerás que yo soy," promete. Y al terminar el pasaje agrega: "Y CONOCERÁN todos los hombre." Sí, conocerán quien es Dios. Y entre la promesa del principio y su cumplimiento, detalla una batalla que Dios peleará,
"Conocerás que yo soy Jehová, que yo soy el que obra." "Que yo soy El Eterno." Todo está bajo Su control, como una reacción en cadena controlada. Todas las cosas trabajan juntas para bien. Dios dice, "No se avergonzarán los que esperan en Mi." Y luego llama nuestra atención, como muchas veces lo hace en las Escrituras para subrayar una verdad, a través de preguntas. Aquí, con una serie de preguntas, "¿Será quitado el botín al valiente?" ¿Será que una vida puede ser trasladada de un mundo a otro mundo? ¿Totalmente? ¿Será que la fe logrará salir de lo terrenal y vislumbrar y vivir en la realidad de la eternidad? ¿Será que aquello que era, ya puede, pasando un punto, dejar de existir? ¿Será que hay una nueva creación donde todas las cosas son hechas nuevas? Dios nos está preguntando, "¿Puede ser esto?" Creo que es un poco como la pregunta que Dios hizo a Ezequiel cuando le llevó al valle desértico. Me imagino que le habrá puesto allí en una altura, un promontorio, y este hombre, contemplando ese valle lleno de huesos secos, dice, "Eran muchísimos y muy secos." Y en esta situación viene a él otra vez la palabra de Dios en forma de pregunta, "Hijo de hombre, pueden vivir estos huesos?" Y allí estaba el profeta - teóricamente tenía la unción, el ministerio, la autoridad, la fe pero... ahora estaba frente a una situación que rebasaba sus capacidades. No estaba frente a un individuo necesitado. No era a un enfermo, no era a un resfriado. Ni siquiera era un muerto. No. ¡Era un ejército! Y allí veía huesos, huesos, y más huesos, extendiéndose hasta el horizonte. Huesos secos, blancos, como solo se encuentran en aquellos lugares en el desierto donde no pasa un alma y quedan expuestos por años a los elementos. Dios pregunta, "¿Pueden vivir estos huesos?" Y el profeta contesta, "Dios, Tú lo sabes." está diciendo, "Dios, no me preguntes. Tú sabes que para mi es totalmente imposible. Tú sabes que para mi... ni un solo hueso puedo restaurar... ni un solo individuo puedo restaurar. No puedo cargar sobre mis hombros el peso que necesito para llevar una sola vida a la restauración. No puede ser." La pregunta viene ahora a nosotros: ¿Puede Dios? He escuchado muchas personas, aún personas dentro de la iglesia, argüir que hay cosas que Dios hace, otras que no va a hacer y que hay cosas que vamos a tener que soportar y a las que debemos resignarnos toda la vida. Entre ellas, niegan la posibilidad de una total transformación y liberación. Si tomamos esto por cierto, ¿Con qué nos quedamos entonces? ¿Quién es nuestro Dios? Si no hay liberación, si no hay transformación, ¿Qué hay entonces? Hay solo frustración. Y lo sé porque yo he caminado ese camino, diciendo incrédulo en mi interior, "Dios Tú no puedes hacer esto. Tú no puedes hacer aquello." Pero DIOS PUEDE. DIOS PUEDE.
Hay poder de resurrección que brota desde adentro--el espíritu del cual habla Pablo que resucita o vivifica nuestros cuerpos mortales. Y la única manera de caminar en esta luz, caminar en esta gracia y caminar en esta virtud que fluye de los cielos, es abrir mi ser para aceptar todo aquello que Dios dice aquí en Su Palabra. El momento que yo quito algo la Palabra de Dios deja de funcionar. Uno puede tener un coche que funciona perfectamente...pero le sacamos un solo cablecito y todo lo demás es en vano: las ruedas, las gomas, la transmisión, el motor, las bujías, todo es en vano. Alguien sacó ese cablecito que lleva la corriente y ya no funciona, no sirve. Espiritualmente hay muchas personas que por incredulidad sacan, por así decirlo, un cablecito. Un cablecito aparentemente muy pequeño. No tiran o rechazan toda la Biblia, solo dicen, "No, esto no. Con este punto no estoy de acuerdo, o no lo puedo creer." PERO
Hay cosas que para el hombre son y serán imposible porque hay un enemigo... y aquí se habla del enemigo como el valiente. Dice, "¿Será quitado el botín al valiente?" Hay un valiente que tiene sus cautivos sobre la faz de la tierra. A través de todas las naciones, a través de todas las generaciones. Es como aquellos grandes conquistadores de antaño que sojuzgaban nación tras nación, extendiéndose sobre la tierra. Como el imperio de los Romanos, extendiéndose hasta que todos los pueblos, y a veces decenas y decenas de países, cientos de ciudades, caían bajo el poder de estos reinos. Dice, "Hay un valiente que es mayor que ellos." Hay un valiente maligno que cuando toma un preso no hay poder en la tierra que lo pueda librar. Ni la fuerza del hombre. Ni de la sicología. No hay recursos, ni ciencia. No hay argumento, ni ninguna capacidad. Controla en esta tierra. Controla las vidas. Controla las naciones. Pero Dios pregunta desafiante, "¿Puede haber liberación de uno así? ¿Puede?" Algunos dicen que nuestro problema es que hacemos al diablo demasiado grande - aunque el diablo es mucho más grande de lo que nosotros pudiéramos pensar - Nuestro problema no es nuestro concepto del diablo. ¡Pero sí nuestro concepto de Dios! Dios está diciendo aquí, Hay una cosa que para el hombre es imposible. Hay un mundo que bajo el control de Satanás. Hay opresiones que no respetan personas. Hay pecados que entran en todos los estratos de la sociedad. Hay desánimo, hay incredulidad, que ni los reyes en sus tronos, los millonarios en sus mansiones, ni los peones en el campo pueden escapar. Hay uno que ha llevado cautiva la humanidad. Llegó el día que vino la tentación, vino el pecado. El hombre cayó y a partir de aquel momento el diablo ha hecho como él quiso, a tal punto que la Biblia dice, "No hay justo, ni aún uno." Mirándolo así, pareciera injusto de Dios juzgarnos. Pero no lo es porque hay un camino de salvación. Hay un llamado. Hay UNO más fuerte que el enemigo. Mira el versículo veinticinco, allí recalca, por encima del hombre, por encima de los demonios, por encima de los poderes, por encima de Satanás, dice, "Ciertamente, CIERTAMENTE será quitado el cautivo del valiente." Es la voz creativa. Es la voz que en un principio habló y los mundos fueron creados. Es la voz que al fin de la historia un día hablará, todo lo temporal terminará y comenzará a rodar la rueda de la eternidad. Esa misma voz resuena diciéndonos: Hay una guerra. Hay una lucha. Creo que nuestro problema es no estar plenamente conscientes del fragor de la batalla. Pensamos tantas veces que mientras nosotros dormimos Dios va a venir y va a quitar todos los problemas. Que nos vamos a levantar por la mañana y vamos a decir, "¿Qué pasó? Me siento tan bien. Sin cargas ni opresiones. Tan livianito que parece que flotara." No. No es así. Es a través de la lucha. Es a través de la batalla. La lucha y la batalla de la fe. La lucha para sintonizar mi vida (que ha estado sintonizada con lo negativo, lo destructivo, lo diabólico,) a las fuerzas de Dios. Aprender a escuchar. Aprender a creer. Aprender a responder. - Creo que vamos a estar aprendiendo hasta que terminemos nuestra trayectoria aquí en la tierra.
El apóstol Pablo, escribiendo a las iglesias, vez tras vez parece absorbido por la gloria del mensaje y prorrumpe en una proclamación. Escribiendo a la iglesia en Colosas de pronto dice, "Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso." En efecto está diciendo, "Sobre esto voy a edificar: Que Dios y lo que El ha dicho ES - que lo niegue mi mundo - que lo niegue el mundo infernal - que lo nieguen todos los poderes habidos y por haber. Pero Dios es Veraz. Su Palabra es veraz." Repito, esa Palabra es creativa. No es correr tras sueños, emociones, visiones o ninguna cosa subjetiva. El prometió "ciertamente" una vida que es libre. Esta es la obra de Dios. Jesús vino a la tierra para que los hombres pudieran tener vida y para que la pudieran tener en abundancia. Jesús vino a la tierra para que el hombre pudiera ser libre en verdad.
Repito, conocemos a Dios en la medida que conocemos la liberación de Dios. Si no conocemos la liberación de Dios, si no conocemos la transformación de Dios, NO CONOCEMOS A DIOS. Podemos saber acerca de Dios, podemos haber leído la Biblia, podemos cantar los cánticos y ofrendar, pero solo conocemos a través de la entrega de nuestro ser, a través de la experiencia de liberación. Esta es toda la obra de Dios. Conocerá todo hombre que Yo tomé de vuelta lo que se había perdido. Que yo quité toda la obra de mal que estaba en esa vida y que en su lugar puse algo nuevo. Una nueva creación. Todas las áreas, todas las facetas de la vida, son cambiadas, transformadas. Conocerá todo hombre cuando lo vea. Conocerá todo hombre porque hay una diferencia que no se puede explicar con palabras. Hay algo que no se puede analizar. Hay algo que está adentro y brota y es vida... Y, ¿Cómo se define la vida? Y, ¿Cómo se mide la vida? Solo sabe uno cuándo está y cuándo no está. En este tiempo deseo tanto que pudiéramos llegar a entender lo que es nuestro en Dios. UNA HERENCIA. Que pudiera haber un pueblo que CONOCE. Daniel habla del pueblo que conoce a su Dios. Dice, "Ellos serán fuerte. Ellos harán proezas." ¿Por qué? Porque conocen. Porque si no conocemos somos débiles, limitados a nuestros propios recursos y capacidades. En El está toda la plenitud. ¿Pero, cuántos le conocen en este mundo? En El está toda la plenitud. ¿Pero, cuánto le conozco yo? Es una pregunta que debo hacerme, porque tan fácilmente me envuelvo con la forma y la parte exterior de la religión.
"Ciertamente el cautivo será librado." Y yo tengo que venir delante de Dios y decir, "Dios, no me importa la generación pasada, no me importa la generación futura, ni siquiera me importa lo que está alrededor. Necesito saber cómo es esto para mi. ¿Hasta dónde puedes llevarme? ¿Hasta dónde puedes transformarme? ¿Puede haber una libertad que incluye todas las cosas?" Como si fuera que subo una montaña y miro desde allá, yo quiero ver que toda mi tierra ha sido librada. Como si el rey de un pequeño país subiera a su palacio después de la batalla y desde el baluarte más alto mirara y viera que todo, todo, todo ya le ha sido restaurado. Eso es lo que Dios quiere hacer para nosotros: Redimir. Restaurar. ¿Conoces Uno que es el Salvador, el Redentor? ¿Puedes creerlo? ¿Puedes recibirlo como tal? ¿En verdad puedes tomarlo así? Porque todo lo demás es en vano si no puedes hacerlo tuyo... Todo lo demás es hueco si no puedes poseerlo.
En Salmos habla de ser redimido del poder del enemigo. ¿Quién tiene poder sobre tu vida? Déjame preguntar, ¿Es Dios? ¿Es el diablo? En tu realidad, en tu vida, durante las veinticuatro horas de tus días. ¿Quién es? Vino de los cielos. Caminó en este mundo como ningún otro hombre ha caminado. A través de tremendo dolor. Viendo el vacío y el mal que aquí reinaba. Viendo la injusticia, la angustia. Viendo la insensibilidad de los hombres. Siendo por fin llevado a una cruz y crucificado. Caminó a través de todo porque vino buscando un pueblo. Vino buscando un pueblo que pudiera creer. Un pueblo que pudiera responder. Un pueblo que pudiera decir, "Sí Señor, Tú eres el Redentor." Este pasaje, tan rico en revelación de Su Persona, también lo presenta como representa el ser humano desterrado, lejos de su lugar de origen. Jacob sufriendo. Allí sobre la faz del campo. Afuera con el calor del día y con el frío de la noche. Jacob, engañando y siendo engañado, por años. Jacob volviendo por fin, con tremendo temor y encontrándose con la realidad que había dejado veinte años atrás. Dios se encuentra allí con Jacob, se revela a él y le dice, "YO Soy El Fuerte De Jacob." Para el hombre enredado con cosas demasiado grandes. Derrotado por cosas demasiado crueles. Acosado por enemigos implacables. Dios viene y anuncia, "YO soy el Redentor de Jacob." ¡Aún de Jacob!
Tan fácilmente escondemos nuestra necesidad. "Yo no necesito. Yo estoy bien." ¡El es mi Salvador! ¡El es mi Redentor! ¡El es el Fuerte de Jacob! y El es el Fuerte de... sí, confiado pongo mi nombre allí.
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