Transiciones
Paul Ravenhill




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De alguna manera en cada generación la historia de la humanidad se repite.
De alguna manera en cada individuo la historia de la humanidad se repite.
Siempre hay creación - natural y espiritual... inocencia y batalla... la presencia de la maldad y el propósito de Dios.

Pero cada generación trae, como parte inherente a ella, una transición.
Quizás parece demasiado obvio repetir que esta generación es nuestra generación.
          Este es el lugar de nuestra oportunidad.
                    Este es el lugar de nuestra responsabilidad.
Tenemos en nuestras manos solamente el presente. El presente, diferente al pasado y diferente al futuro.
El pasado esta fuera de nuestro alcance.
          Podemos estudiar las vidas de los hombres de Dios de antaño
          Podemos estudiar los moveres del Espíritu de Dios de antaño,
pero las operaciones de Dios allí representadas pertenecen a una generación pasada y no serán repetidas, así como Juan el Bautista no fue una repetición de Elías o Elías una repetición de Moises.

El futuro también esta fuera de nuestro alcance, encubierto.
Puede haber indicaciones de tempestades (o amaneceres) que se avecindan pero son revelaciones parciales y así, debemos caminar por la fe. Dios no nos revela el futuro en detalle.

Amos dijo que Dios revela Su secreto a los profetas pero no
profetizo nada del gran terremoto que sacudió Jerusalén solo dos años después.
Sí, cada generación es una transición, sin embargo, dentro del avance de la historia, algunas generaciones han visto una transición mayor que otras. Una transición profunda, terminante. Generaciones que fueron más allá de ser "continuación" y les fue dado marcar el fin de una época y el comienzo de otra...Creo que nuestra generación es una de ellas.
Como mencioné en el reciente artículo "¿Qué hora es?" vivimos al fin de un ciclo tan ciertamente como Lutero, o Wesley. Muchos de los principales puntales de nuestra civilización contemporánea han seguido más allá de su vida útil y las estructuras del pasado son las cosas que están sofocando las oportunidades y desafíos del futuro.
Creo que veremos muchas de nuestras instituciones preciadas fallando y deshaciéndose en un futuro no lejano - tanto en el mundo alrededor como en la iglesia.
Creo que nosotros, en nuestra generación, en forma especial, somos un eslabón vital en el obrar del propósito eterno de Dios. Y si podemos verlo,
          Somos llamados a ser aquellos a quienes toca pelear esta batalla y guardar
          la fe.
          Somos llamados a ser aquellos a quienes toca captar la visión celestial
          para esta hora, para la noche y el amanecer que se vislumbran, y declarar
          los propósitos de Dios en medio de la humanidad.

¿Dónde comienza este proceso? ¿Como preparar nuestro ser para escuchar y responder a ese llamado? Creo que el primer ingrediente es la honestidad - un mirar con honestidad a los principios y prácticas de nuestras vidas y nuestras iglesias.
Así como un negocio puede usar sistemas dudosos de contabilidad para encubrir su ineficiencia, así también en círculos cristianos ha habido mucho ajustar de la realidad para que encuadre con nuestras metas y balancee nuestra "contabilidad espiritual." ¿Qué hay de las iglesias con millares y millares de miembros donde solo una fracción de ellos van a alguna reunión? ¿Son estos "creyentes" nacidos de nuevo o son inconversos con el interés de una emoción pasajera? La comunidad alrededor no refleja el fruto de la presencia de tantos creyentes...

Los bares y casas de juego siguen haciendo negocio...
robos... violencia... suicidios...
¿Es éste el obrar glorioso de Dios o el hombre torciendo la verdad?
Podaríamos hablar largamente acerca de diferentes aspectos de nuestras actividades naturales y espirituales, pero baste decir que si tomáramos el bisturí y separáramos lo muerto de nuestras vidas y congregaciones, estaríamos grandemente sorprendidos. Como he mencionado en otro lugar, el Reino de Dios es donde el Rey está : Presente - Reinando - y Obrando. ¿Podemos honestamente medir hasta qué punto es esto verdad en nuestra experiencia? ¿Podemos enfrentar la verdad?

Abrirnos a que la luz de Dios penetre hasta lo más profundo no solo nos mostraría nuestra verdadera condición, nos mostraría también los cimientos que Dios desea ahondar y establecer en esta hora; las cosas inalterables que Dios desea obrar "como en el Cielo así también en la tierra." Dios es el mismo en la tierra que en los cielos. Cuando El visita al hombre siempre lo hace en la plenitud de Su poder y de Su propósito. El viene como El es, el Primero y el Ultimo, el Origen y el Sustento de la vida sin limitaciones; El, en cuyas manos está todo poder. Nunca habrá día cuando El se conformare con algo menos que Sus requisitos eternos; ni un día cuando a El no le alcance Su poder para hacer Su obra en toda la plenitud de perfección y gloria que El se propuso. Su meta es reconciliar Consigo todas las cosas - traer a un lugar de armonía Consigo mismo cada parte del ser humano y cada parte del mundo del hombre para venir en medio nuestro en Su Reino de Vida y de Plenitud.

Ver la demanda y propósito de Dios y luego nuestro nivel de realidad nos servirá de puntos de referencia que nos permitan mirar al futuro y discernir el propósito de Dios develado.
Entonces, como los santos y profetas del Antiguo Testamento, seremos un pueblo habitando en la tierra mas
          sosteniendo la porción eterna de Dios en nuestras manos y
          llevando el Reino a otra generación.
          Seremos así la conexión que Dios quiere que seamos entre el pasado y el futuro hasta aquel día cuando todas las generaciones de la tierra lleguen a su fin y la Luz eterna brille por siempre.


Copyright ©1997 por Paul Ravenhill

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